Huertos portátiles para llevar y traer
“Si quieres ser feliz un día, emborráchate; si quieres ser feliz una semana, lee un libro; si quieres ser feliz unos meses, enamórate, pero si quieres ser feliz toda la vida cultiva un huerto”, dice un refrán chino. Para facilitarle ese placer a los que viven en la ciudad, los centros de jardinería ofrecen múltiples opciones en forma de huertos portátiles: bolsas, mesas y cajones de cultivo.
Las bolsas de cultivo son una solución sencilla e incluso decorativa para las zonas más pequeñas. En la foto, el modelo Zigg Zagg de Digebis, realizado en polipropileno.Un huerto portátil conlleva numerosas ventajas: las hortalizas se cultivan en la propia casa (¡mayor proximidad, imposible!), lo que facilita unos cuidados más continuados; permiten aprovechar al máximo hasta los espacios más reducidos; facilitan el traslado de las plantas de un lugar a otro buscando, por ejemplo, la máxima insolación en cada momento del año, o la protección contra el frío o el exceso de calor. Pero, además, al estar en casa, casi siempre se podrá contar con una fuente de agua muy cercana, y al aportar desde cero todo el sustrato en el que crecerá el cultivo, se pueden elegir mejor sus características y conseguir el de mayor calidad.
En un huerto de estas características los factores más limitantes a la hora de elegir unas especies u otras son la luz y el espacio. Si se dispusiera de ambos, se podrían cultivar casi todas las plantas de un huerto convencional sobre suelo.
La mayoría de las verduras y hortalizas crecen de manera óptima a pleno sol. Por tanto, lo ideal es contar con una orientación sur y evitar, siempre que se pueda, la sombra de muros, vallas u otras plantas. Si la posición de la terraza hace inevitable tener cierta sombra, el número de especies que se podrán cultivar se verá reducido y los resultados no serán tan óptimos. De todo modos, existe una gran variedad de plantas que crecen bien en entornos con sombra, como los fresales, frambuesos, lechugas, coles, espinacas, guisantes, rúcula, etcétera (ver ¿Qué cultivar en un huerto en semisombra?).
En cuanto a las limitaciones de espacio, es importante la sección y la espaciosidad del contenedor donde se van a cultivar las hortalizas. Estos recipientes necesitan contar con una capacidad suficiente para albergar cómodamente las raíces y permitir que las plantas crezcan de la mejor manera. Naturalmente, el tamaño de un contenedor para sembrar patatas tendrá que ser sensiblemente mayor que el que se usaría para cultivar perejil.
BOLSAS DE CULTIVO: las más ligeras y manejables
Las bolsas de cultivo son sacos resistentes a la intemperie, que pueden estar hechos de geotextil o bien de polietileno con un tratamiento anti rayos UV. De muchos tamaños, diseños y colores, incorporan agujeros de drenaje para eliminar el sobrante de agua tras el riego.
MESAS DE CULTIVO: para no tener que agacharse
Las mesas ofrecen la comodidad de trabajar sin necesidad de agacharse. Además, aprovechan mejor el espacio puesto que se pueden colocar debajo de ellas herramientas, sacos de sustrato o incluso macetas con otras plantas no tan exigentes en luz. En tu centro de jardinería las encontrarás de muchos tipos de materiales —madera, metal, plástico resistente a los rayos UV— y colores. Tienen, en general, menor capacidad que los cajones, pero se pueden instalar en una terraza, patio, rincón del jardín e incluso un balcón espacioso. Algunos modelos incorporan ruedas para facilitar el desplazamiento.
CAJONES DE CULTIVO: lo ideal si se dispone de espacio
Estas estructuras muy estables y de buen tamaño ofrecen una de las mejores soluciones si se cuenta con espacio. Al poder plantar muchos ejemplares en una misma cajonera, parecen auténticos minihuertos, con un alto valor estético, aparte del alimenticio. Suelen fabricarse en resina o madera tratada al autoclave. Dado su tamaño y peso solo se pueden transportar cuando están vacíos.
No deben confundirse con las camas de cultivo, que son cercos formados por cuatro tablas de madera que se apoyan directamente sobre el suelo y se rellenan con sustrato, de modo que no se pueden trasladar.
La importancia de la polinización
Las hortalizas que se cultivan por su fruto necesitan ser polinizadas para fructificar, lo que en algunas terrazas urbanas puede resultar un problema si hay pocos insectos polinizadores en el área. Una forma de incentivar las visitas de estos pequeños amigos del hortelano es contar con especies ornamentales de floración atrayente para ellos. Tener un jardín florido junto al huerto, lejos de competir con él por las abejas y demás insectos, le proporcionará un gran servicio. Cuanto más variadas y abundantes sean las flores, mejor. De esta manera se conseguirá embellecer la terraza y mejorar al mismo tiempo la producción de tomates, pepinos, pimientos...