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Echeverias roseta a roseta

Sabrás que son echeverias por sus carnosas rosetas sin tallo creciendo a ras del suelo. Glaucas, azuladas, verdosas, aliladas o rojizas, con suave tacto de cera o de terciopelo, con bordes lisos u ondulados, de los más diversos tamaños… y con mínimas pretenciones de suelo en calidad y cantidad, y escasa demanda de agua. Existen centenares de especies, híbridos y cultivares. Búscalas en tu centro de jardinería y juega a combinarlas, ¡verás lo que dan de sí!

Rosetas de echeverias grises, glaucas, verdes y malvas en botes de vidrio, mezcladas con otras suculentas. Las carnosas rosetas azuladas de una Echeveria elegans, plantada al aire libre en una jardinera de obra. Fotos: F. C. of Holland y Locus Amoenus.

Las echeverias disfrutan tanto de la estrechez de los pequeños tiestos individuales como del cultivo en macetas combinadas en apretadas plantaciones. Por su sistema radicular superficial no precisan mucha tierra, y su capacidad para almacenar agua en las hojas reduce su demanda de riego. Todas son facilidades con estas crásulas tan decorativas que, además, desde el final de la primavera hasta principios del otoño, o todo el año si el clima lo permite, emiten finas varas con racimos de delicadas florecillas.

Las imágenes de este post dan una idea de su variedad de colores, formas, tamaños y texturas, y de cómo mezclan entre sí, con las opalescentes Pachyveria —fruto de sus cruzamientos con las Pachyphytum— y con otras plantas de similares exigencias.

Cuídalas así:

• Búscales un lugar al sol, pero donde no les dé el del mediodía o la tarde, que las quema.

• Manipúlalas con delicadeza y evita tocar sus hojas cerosas, ya que se manchan. Tampoco las rocíes con agua y mucho menos si son vellosas. Toleran bien la sequedad ambiental.

• El exceso de agua puede causarles pudrición. Es clave, por lo tanto, vigilar la humedad del sustrato, sobre todo si viven en un recipiente estanco, como un bote de vidrio. No se deben regar en invierno, y en verano solo cuando la tierra esté seca, y siempre con moderación.

• Resisten bien el calor y un cierto grado de frío. La Echeveria elegans, por ejemplo, soporta hasta -60, pero los híbridos son más sensibles. El frío húmedo suele ser letal. Si las cultivas al aire libre mantenlas a cubierto durante el invierno o abrígalas con un velo de hibernación.

Más información sobre el cultivo y cuidados de las Echeveria:

La creatividad de las crasas

Echeverias spp.

  • Echeveria setosa
    Echeveria setosa

    Un suave vello reviste las rosetas de la Echeveria setosa. Esta especie ha dado origen a numerosos híbridos y cultivares.
    Foto: Adobe Stock

  • Echeverias y pachyverias
    Echeverias y pachyverias

    El juego cromático de las echeverias y sus opalescentes híbridos Pachyveria en una maceta. Cuanto más prietas, mejor.
    Foto: Adobe Stock

Reportaje completo nº 100 >> página 36